Dudas


De corazones se poco, es cierto,
algo de lunas de plata y flores,
atardeceres y otros colores,
y, luego, tú.

Vierto, torpe, mis pensamientos
aunque no sirva para alzar el vuelo,
ni para frenar tus temores,
y, ahora, yo.

Pero espera un instante, cielo,
que mi camino responda y lleve
a donde ríes sin presión ni tiempo
y, entonces, ven.

Que la alborada y la noche fresca,
dunas eternas de un mar de sal,
rigen la senda que nos aguarda
y, tal vez, la quieras andar.

Más...

Hogar

Di lo que quieras

Res mansa

Monstruo